SANTIAGO: EL CORAZÓN QUE HACE LATIR AL PAÍS

Por Milagros Méndez 

Mucho se ha dicho y comentado en las redes sociales por estos días acerca de la ciudad de Santiago de los Caballeros, y de la provincia Santiago, en sentido general.

Más allá de las rivalidades regionales, que, si hablamos con la “i”, o que nuestro equipo de béisbol emblemático, Águilas Cibaeñas, protagoniza esta temporada invernal, hay siempre un argumento que nos pone en guerra con los capitalinos: que nos llamen campo.

No es el mero hecho de que se nos catalogue como una zona rural, que no hay nada de malo en ello, es el tono y el uso despectivo del término.

Para empezar, ser campesino no es una ofensa, es sinónimo de gente laboriosa, que siembra el campo y que con sus frutos y cosecha alimenta una nación. Se los dice una descendiente de guraberos de los que no me puedo sentir más orgullosa. 

Bien dice un dicho popular que “la ignorancia es atrevida”, y más allá del “dime y el direte” o el tinte farandulezco del tema, aprovecho la conversación para repasar las razones de por qué Santiago es el corazón que hace latir al país:

Ha sido cuna de grandes transformaciones históricas, políticas y sociales. Siendo escenario de importantes gestas bélicas como la Batalla del 30 de Marzo en 1844 y la Guerra de Restauración (1863).

De los presidentes que han dirigido al país, catorce son de origen santiagués, entre ellos: José Desiderio Valverde (1858), Ulises Francisco Espaillat (1876), José Joaquín Balaguer Ricardo (1960-1962/1966-1978/1986-1996), Antonio Guzmán (1978-1982), Salvador Jorge Blanco (1982-1986) e Hipólito Mejía (2000-2004). Sin mencionar, que el señor presidente Luis Abinader Corona, desciende de familia santiaguera, específicamente de Tamboril.

Según datos oficiales, tan solo la provincia de Santiago aporta entre un 14% y un 18% al Producto Interno Bruto Nacional destacándose en rubros productivos como la agricultura, la industria, el tabaco, zonas francas, turismo de ciudad y cultural, bienes raíces y servicios. Lo que la convierte en uno de los principales centros económicos, financieros, políticos, sociales y culturales de la República Dominicana. 

En el presente, la provincia goza de un desarrollo y crecimiento vertiginoso que abraza la sostenibilidad y el futuro. No por nada se ha convertido en el epicentro de mega inversiones de infraestructura por parte del Estado y el sector privado, como la construcción del teleférico y del monorriel. Además, ha sido recién bautizada con dos nuevos atributos: la Capital de la Salud Dominicana y el Centro de los grandes eventos y convenciones del país.

A todo esto, hay que sumarle las grandes figuras del deporte, la comunicación, de la intelectualidad, reinas de belleza, el arte, la música, la cultura y el entretenimiento que orgullosamente son santiagueros y que han puesto en alto el nombre de la Ciudad Corazón a nivel local e internacional.

Contamos con el empresariado más organizado del país y ni hablar de los gremios profesionales, que cuentan con sus filiales locales y realizan significativos aportes en sus áreas.

No solo somos progreso o una urbe moderna, adaptada a los nuevos tiempos, también somos historia y la conservación, gracias a nuestra gente, de costumbres y tradiciones propias del santiaguero.

¿Y dónde dejamos el folclor? Gozamos de tener uno de los carnavales más alegres, tradicionales, coloridos y representativos del país y del Caribe.

No, esta no es una competencia, por el contrario, cada provincia tiene su encanto y esencia, y es pieza clave en el gran rompecabezas llamado República Dominicana. 

La cosa es, que, si Santo Domingo de Guzmán es el motor que empuja a Quisqueya la Bella, Santiago es el corazón que la hace latir.

EL EXPLORADOR DIGITAL
EL EXPLORADOR DIGITAL